(19 DE SEPTIEMBRE, 2022) Por J. Jesús Esquivel.
Republicanos carroñeros
Washington – La dignidad y respeto a los derechos humanos de cualquier persona es un tesoro que se debe resguardar y respetar. Greg Abbott y Ron DeSantis, gobernadores de Texas y Florida, respectivamente, son emblema perfecto del racismo estadunidense.
Ambos emblema y aspirantes a la presidencia de los Estados Unidos en las elecciones de 2024, como candidatos del partido republicano, están cometiendo actos abominables contra los inmigrantes indocumentados de Centroamérica y Venezuela, que merecen ser condenados en los foros mundiales con los términos más fuertes posibles.
Endiablados por las políticas migratorias del presidente Joe Biden, que se concentra en acabar con todos los vestigios de acciones antiinmigrantes implementadas por Donald Trump, Abbott y DeSantis usan a los centroamericanos y venezolanos como moneda de cambio.
La crisis migratoria en la frontera norte de México, emanada por la ola de centroamericanos y venezolanos que huyen de sus naciones por razones de seguridad, violencia y situación económica paupérrima para
intentar ingresar a Estados Unidos y recibir asilo, tiene graves repercusiones en los estados de Arizona, Texas y Florida.
Usando el dinero de las arcas de las entidades que gobiernan, Abbott y DeSantis, están enviando en autobuses a estados al norte de los Estados Unidos, a los inmigrantes centroamericanos y venezolanos detenidos por los agentes migratorios en Texas y Florida. Y no, no lo hacen para que los inmigrantes se queden en Estados Unidos; los dos gobernadores republicanos carroñeros, lo hacen para que la ciudadanía estadounidense que comulga con su racismo castigue electoralmente a Biden y los legisladores demócratas en los próximos comicios de medio periodo del 8 de noviembre.
Además de ganar adeptos políticos para el 2024, Abbott y DeSantis están centrados en causarle costos a los gobiernos de los estados del interior de su país con la manutención de los migrantes.
En Nueva York, Massachusetts y la capital estadounidense, los migrantes desplazados en autobuses desde Texas y Florida, reciben alimentos y vestido por parte de organizaciones humanitarias. La estancia en hoteles hasta que puedan ser deportados la financia el gobierno federal.
Familias enteras de migrantes -y muchas de estas con menores de edad-, se encuentran en un estado de desesperación y de limbo porque al ser enviados al interior de los Estados Unidos, ya no tienen la oportunidad de presentar sus casos de petición de asilo en los puntos fronterizos colindantes con México, que es una de las condiciones impuestas por el expresidente Trump.
El costo de la deportación de los migrantes a sus países de origen es más elevado desde Nueva York, Massachusetts y Washington D.C. que desde Texas y Florida, y eso es lo que pretenden demostrar con sus aberrantes actos Abbott y DeSantis que lucran con los seres humanos como si fueran simples mercancías.
El próximo 8 de noviembre, los estadounidenses, con su voto, definirán la conformación política del Congreso federal. Los demócratas son por ahora mayoría representativa en la Cámara de Representantes y de Senadores, pero la impopularidad de Biden y la situación económica tiene un efecto negativo para los demócratas y favorable para los republicanos, de acuerdo con los vaticinios que se han hecho en torno a la tendencia electoral para el 8 de noviembre.
La problemática migratoria puede influir en los electores estadounidenses a la hora de depositar su voto en las urnas. Esa es
precisamente la carroña que pretenden devorar Abbott y DeSantis. Si los republicanos le arrebatan el dominio de por lo menos el Senado a los demócratas, adiós a cualquier posibilidad de una reforma de inmigración humana y amplia como la que quieren Biden y los demócratas.
Con un Senado republicano, el presidente demócrata no podrá sacar adelante la reforma migratoria integral que patrocina en el Capitolio y encima, se vienen los comicios presidenciales de noviembre de 2024 en las que Abbott y DeSantis pretenden participar como candidatos y con una plataforma electoral antiinmigrante, muy parecida a la de Trump, quien -ojo-, puede también ser candidato otra vez y recrudecer su odio y azote a los inmigrantes indocumentados.
Como dicen en el Averno mis padrinos: de carroñeros de la calaña de Abbott, DeSantis y Trump se alimenta el mismísimo Chamuco, quien los espera ansioso para darles en su moder.